Es increíble como a los quince años el amor puede ser tan intenso, es imposible creer que ocho años después sienta que no hubo amor más profundo, que mi alma le sigue perteneciendo. Y es una locura, lo sé.
Dije amar a otro en algún momento, pero siempre supe que no era lo mismo. Y aunque sé que ese primer amor, así de cursi, ya no nunca volverá a ser como era no me resigno a buscar alguien que me revuelva el alma como ese que dejó su marca de acero en mi cuerpo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario