miércoles, enero 28, 2009

Aniversario

Y ahora es ese instante en el que quisiera encontrarte y decirte que te mentí. Que nunca sentí nada. Que no te di mi corazón. Que no lo destrozaste en un aeropuerto. Que me arrepiento. Que no lo volvería hacer. Decirte que lo mío también fue una farsa. Que las lágrimas que derramé eran por mí y no por vos. Que me dejé engañar ingenuamente...


Unas ruinas se levantan a lo lejos. Sigo el humo que me enceguece. Camino entre tinieblas. Hay fuego. Hay calor. Me alejo del lugar pasado. Paso al lado del camino. Lo atravieso. Las ruinas ya son algo más que eso. Algo está surgiendo del barro. Tiene forma de mujer. Húmeda, maleable, imperfecta. Ah. Me parece que soy yo.


Y sin embargo callo. Me lo digo a mí. A la hoja en blanco. Se lo digo a la noche y quizás a algún amigo. No tiene sentido hablarte, no por la distancia física ni temporal. Sino por la distancia que hay entre esa que tuviste y esta que soy. Por la distancia que hay entre el que conocí y el que dejé en libertad. Callo porque no tiene sentido mentirme, negar que fui así, destruida. Negar que la mejor distancia es el olvido.

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