Ahora tengo muchas seguridades.

Pero qué pasaría si supiera que nadie sabe de mí que no tengo un lugar seguro. Que la única seguridad que tengo es yo misma. Y no por confiar en mí. No se trata de eso. Se trata de confiar en los demás. Y en la libertad. El poder ser y estar presentes, en confiar que siempre hay otro que nos puede ayudar. Y es fácil porque siempre sé que va a estar, por ejemplo, mi familia, pero qué pasaría si estuviera sola y tuviera que arreglármelas con extraños…

Acaso no somos todos extraños. Acaso no soy yo misma una extraña. Que se conoce y desconoce a cada instante. Que se cubre y se descubre. Acaso no amo eso? Redescubrir, inventar, crear historias, personas que jamás existirán pero que sin embargo tienen cara tienen cuerpo.

Quiero vivir en esa incertidumbre, y si es necesario inventarla. Para probarme para ver a donde voy. Me da curiosidad. No quiero quedarme estancada queriendo ser alguien. Quiero serlo. Transitarlo, no esperar que venga. Quiero atravesar cada instante, como diminutas dagas que se clavan en mi cuerpo. Y así llena de heridas seguir viviendo mostrando mis cicatrices como triunfos, como trofeos de mis batallas a favor del viento…