sábado, agosto 19, 2006

sobre todos

El sobretodoazul gira. Se detiene. Vuelve a girar. Busca entre sus recuerdos infantes .
Sueña que grita y grita que sueña.

Sonidos angustiosos perfuman su inocencia. No hay historia. Esquiva. Se ignora, se abstrae del mundo.

Una belleza sombría, solo se ve el contorno de su pequeña figura. Lo demás, transparente. Es una imagen sensual. Todo lo traspasa o lo esquiva.

De pronto, o suavemente, calla.
Se ausenta una vez más. Se aleja de la lluvia que la cubre. De mí.
Ríe.
Pero la risa se la lleva. Intento agarrarla; río. Apenas puedo rozarla. No siente nada.
Y sigue ahí, como una diosa en el olimpo, en un bar infame y sucio

Y así, como pintada con crayones, se va silbando como puede, como nunca le enseñaron. Porque siente que esas cosas “se aprenden solas”

Fatal y apurada, me llama.


El sobretodoazul recuerda.
Una calle vacía, un final borroso
Un atardecer brillante. El sobretodoazul mira con ojos metálicos el paso del tiempo. Piensa que tal vez algún día encuentre un tibio recuerdo que la consuele.
Su pelo lucha contra el viento, como las olas contra las orillas.

19 de febrero 2006

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