domingo, abril 27, 2008

al borde de la nada el abismo se trasluce en un vaso de agua mayúscula. se perfuman los silencios con trescientas veintidós palabras. no es correcto lo pensado, no hay bien ni mal. hay acción. el sueño es mi única meta. me meto en el medio del desconcierto. y en un concierto de música colonial mi alma se libera. me conquista un bajista bastante alto y nos subimos en el sube y baja de roma pero al revés. nadie entiende que soy un jardín. que no tengo mentiras en mí. que nada es mis manos más que yo...
y yo sigo queriendo agarrar las riendas de tu espalda como una giralda besarte las dudas acariciar tus mapas perderme en las selvas y comer orugas. 
quiero que nadie entienda esto. que no se use más la razón. que no existan otras palabras para hablar de los sueños. que sea continuo el estado de libertad. 
pudimos ser otros más libres. y no hay nada más desesperante que ser esclavo de uno mismo. yo te libero, autora fiel portadora de mi cuerpo disonante con el interior, te absuelvo de tus errores de tus defectos. te canonizo por querer ser una en continuidad con los sueños -esos que se sueñan, no los que se piensan-.
 
ofelia se humedece en un rincón de mi hoja
ifigenia se mancha las uñas con tierra
electra tuvo una hija que se llamaba historia y por mala suerte la dejó viva. 
no creo en la historia
no creo en el pasado
no quiero mirar tu ombligo de costado.

me voy por donde no vine perdiendo la razón entre las rocas, voy a meterme en el mar, en el que nadie me toca.  

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